"La leyenda del Santo Grial nos habla del rey pescador (símbolo del poder y patriarcado).
El rey tiene una herida que no consigue curar, y su reino es una tierra baldía. Cuando su herida sane, la tierra sanará también, pero sólo el Grial puede curarle.
La mayoría piensa que se trata de un cáliz, de la copa que sostuvo Jesús en la última cena mientras pronunciaba las palabras de la comunión: <Ésta es mi sangre. Haz esto en conmemoración mía>.
Pero esto no sanó la tierra yerma.
En el rito de la misa, sólo el sacerdote podía sostener esa copa. Jamás una mujer. Y sin embargo en la leyenda del Santo Grial es siempre la mujer, la doncella del Grial, quién toma en sus manos el cáliz, símbolo de la feminidad sagrada: Un útero lleno de sangre que desapareció del mundo.
En los mitos y sueños y en nuestra memoria colectiva se recuerda a las mujeres como una vez fueron y podían ser: portadoras de la feminidad sagrada.
Si queremos sanar el patriarcado y regenerar el planeta, ¿es posible que se necesite para ello de la sabiduría de la mujer?
"El millonésimo círculo". Shinoda Bolen
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