Yaretzi

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domingo, 30 de diciembre de 2012

LA MUJER SALVAJE

La comprensión de la naturaleza de esta Mujer Salvaje no es una religión sino una práctica.


Sin ella, las mujeres carecen de oídos para entender el habla del alma o percibir el sonido de sus propios ritmos internos.  Sin ella, una oscura mano cierra los ojos interiores de las mujeres y buena parte de sus jornadas transcurre en un tedio semiparalizador o en vanas quimeras.


Sin ella, las mujeres pierden seguridad de su equilibrio espiritual. Sin ella, olvidan por qué razón están aquí, se agarran cuando sería mejor que se soltaran.  Sin ella, toman demasiado o demasiado poco o nada en absoluto.  Sin ella se quedan mudas cuando, en realidad, están ardiendo.  Ella es la reguladora, el corazón espiritual, idéntico al corazón humano que regula el cuerpo físico.


Cuándo perdemos el contacto con la psique instintiva, vivimos en un estado próximo a la destrucción, y las imágenes y facultades propias de lo femenino no se pueden desarrollar plenamente.  Cuando una mujer se aparta de su fuente básica, queda esterilizada, pierde sus instintos, sus ciclos vitales naturales y éstos son subsumidos por la cultura o por el intelecto o el ego, ya sea el propio o el de los demás.



La Mujer Salvaje es la salud de todas las mujeres. Sin ella, la psicología femenina carece de sentido.  La mujer salvaje es la mujer prototípica; cualquiera que sea la cultura, cualquiera que sea la época, cualquiera que sea la política, ella no cambia.  Cambian sus ciclos, cambian sus representaciones simbólicas, pero en esencia ella no cambia.  

ES LO QUE ES Y ELLA ES UN TODO.


                                                                               C. Pinkola Estés

martes, 18 de diciembre de 2012

EL DESPERTAR FEMENINO

(Fragmento del encuentro -taller para mujeres)

Voy a comenzar explicando porqué este taller está dirigido solo a mujeres.  Tomando como puntal el tema del género del que tanto se habla hoy.
La división sexual está definida por diferencias biológicas pero la división de género está socialmente definida e impuesta.

No nacimos sabiendo la función de nuestro género; esto lo vamos aprendiendo de nuestras familias y de la sociedad.
Pero esto estuvo impuesto por cientos y cientos de años por los llamados sistemas patriarcales en detrimento de la mujer común y aún sigue siendo así.

Es a partir de este aprendizaje que surgen los estereotipos de género: CONJUNTO DE CREENCIAS EXISTENTES SOBRE LAS CARACTERÍSTICAS QUE SE CONSIDERAN “APROPIADAS” PARA VARONES Y MUJERES. De allí será  el lugar y la oportunidad de la mujer en la sociedad.

Este sistema patriarcal ha dejado profundas marcas en nuestra feminidad; profundos condicionamientos internalizados en nuestra psique.  Y nosotras, en mayor o menor medida, lo vamos reproduciendo a hijos e hijas.

Te acordas cómo eran las familias de nuestros abuelos? Las ocupaciones y creencias que tenían respecto de la vida, del varón o la mujer??
Bien, éste gran patriarcado ya comenzó a decaer. Está transitando etapas finales.

Las mujeres somos las protagonistas de este cambio; pero no enseñando a los demás con palabras o sermones. 
Todo este cambio tiene que ver con el respeto a vos misma, a que te valores, que ames la vida, que sepas que se puede ser feliz con lo que sos y con lo que tenes. Que muchas situaciones de tu vida pueden cambiar también, a tu alrededor. Y que sos la responsable por tus actos. 


Vos podés hacer grandes cosas para tu vida. Vos tenés que descubrir que los límites están en tu mente. Aprendé a trabajar en un proyecto: el de conocerte a vos misma para poder amarte y darte un espacio en este mundo. Porque si vos no te lo dás, nadie te lo vá a dar.
Y aún te den un lugar, no lo vas a tomar porque todavía no sabés lo valiosa e importante que sos.
Los recursos que tenés y que no descubriste son tan grosos que vos misma te vas a sorprender.

Se responsable de tu vida. Dejá de culpar a los demás y ponéte en campaña de tomar las riendas de tu vida y crearte una vida acorde a lo que vos deseás y necesitás. Porque si vós entregás poder a otros, te volves esclava.



Por último las dejo con este mensaje:
VOS SOS VALIOSA (repítanselo a diario), PARA VOLVER A BRILLAR HAY QUE REMOVER LAS CÁSCARAS EXTERNAS QUE OPACAN TU LUZ.  PARA CAMBIAR HAY QUE DESHACERSE DE LO VIEJO.

                                                                Marcela Alvarez
                                                           Terapeuta Humanista

viernes, 23 de noviembre de 2012

MUJERES QUE CORREN CON LOBOS

"El cuerpo es como la tierra. Es una tierra en sí mismo. Y es tan vulnerable al exceso de edificaciones como cualquier paisaje, pues también está dividido en parcelas, aislado, sembrado de minas y privado de su poder. No es fácil reconvertir a la mujer salvaje mediante planes de remodelación. Para ella lo más importante no es cómo formar sino cómo sentir.

El pecho en todas sus formas desarrolla la función de sentir y alimentar.

¿Alimenta? ¿Siente? Es un buen pecho.

Las caderas son anchas y con razón, pues llevan dentro una satinada cuna de marfil para la nueva vida. Las caderas de una mujer son batangas para el cuerpo superior y el inferior; son pórticos, son un mullido cojín, asideros del amor, un lugar detrás del cual se pueden esconder los niños. Las piernas están destinadas a llevarnos y a veces a propulsarnos; son las poleas que nos ayudan a elevarnos, son un anillo para rodear al amante. No pueden ser demasiado esto o demasiado lo otro. Son lo que son.

En los cuerpos no hay ningún "tiene que ser". Lo importante no es el tamaño, la forma o los años y ni siquiera el hecho de tener un par de cada cosa, pues algunos no lo tienen. Lo importante desde el punto de vista salvaje es si el cuerpo siente, si tiene una buena conexión con el placer, con el corazón, con el alma, con lo salvaje. ¿Es feliz y está alegre? ¿Puede moverse a su manera, bailar, menearse, oscilar, empujar? Es lo único que importa".

Mujeres que corren con lobos
C. Pinkola Estés

miércoles, 21 de noviembre de 2012

LAS DIOSAS DE NUESTRO INTERIOR (parte II)

(Utilizar la mitología como herramienta de comprensión interna)


En el 1º grupo se encuentran las diosas vírgenes: Artemisa, Atenea y Hestia.
Las diosas vírgenes representan la cualidad de indepen


dencia y autosuficiencia en las mujeres. Los apegos emocionales no las desviaban de lo que consideraban importante. No eran victimizadas y no sufrían. Como arquetipos, expresan la necesidad de autonomía en las mujeres y la capacidad que éstas tienen de centrar su conciencia en lo que tiene sentido personalmente para ellas.

Al 2º grupo - Hera, Démeter y Perséfone - se les llamó las diosas vulnerables.
Las tres diosas vulnerables representan los papeles tradicionales de la esposa, la madre y la hija. Son los arquetipos orientados hacia las relaciones, cuyas identidades y bienestar dependen de tener una relación significativa. Expresan la necesidad de las mujeres de afiliación y vinculación. Están armonizadas con otras personas y son vulnerables. Éstas tres diosas fueron violadas, raptadas, dominadas o humilladas por dioses masculinos. Casa una sufrió a su manera al romperse o deshonrarse una relación afectiva.

Afrodita, se encuentra por derecho propio en la categoría de las diosas alquímicas.
Creaba amor y belleza, atracción erótica, sensualidad, sexualidad y nueva vida. Entablaba relaciones por decisión propia y nunca fué victimizada. Así mantuvo su autonomía como diosa virgen y tuyo relaciones como diosa vulnerable.

LAS DIOSAS DE NUESTRO INTERIOR (I)

(Utilizar la mitología como herramienta de comprensión interna)

La Gran Diosa fué venerada como la creadora y la destructora de la vida, responsable de la fertilidad y destructividad de la naturaleza. Y
 la Gran Diosa existe todavía como arquetipo en el inconsciente colectivo.


En la psique de las mujeres también las diosas griegas son fuerzas menos poderosas que la Gran Diosa.



Las diosas griegas son imágenes de mujeres que han vivido en la imaginación de la humanidad durante más de tres mil años. Son patrones o representaciones de cómo son las mujeres, con más poder y diversidad de comportamientos de los que se ha permitido ejercer históricamente a las mujeres.



Todas las diosas se hallan potencialmente en cada mujer, ellas representan a las fuerzas internas que influyen en lo que las mujeres hacemos y cómo nos sentimos, y son las principales responsables de las diferencias entre las mujeres.



Una imagen, una situación que determina inconscientemente el comportamiento y respuesta es un Arquetipo activo en la psique de las mujeres; personificados como diosas griegas: la madre, la hija, la amante, la rival, la estratega, la esposa, etc.

El conocimiento de las diosas proporciona a las mujeres medios de entenderse a sí mismas y de entender sus relaciones con hombres y mujeres, con sus padres, amantes e hijos.

Estos patrones de diosas también ofrecen revelaciones de lo que es motivador, frustrante o satisfactorio para algunas mujeres y no para otras.

Una vez que una mujer se vuelve conciente de las fuerzas que influyen en ella, obtiene el poder que ese conocimiento le proporciona.

Los arquetipos -o papeles latentes e internamente predeterminados- que están activos en las psiques de las mujeres son personificados como diosas griegas. Por ejemplo: DÉMETER -la diosa maternal, encarnación del arquetipo de la madre-, PERSÉFONE -la hija-, HERA -la esposa-, AFRODITA -la amante-, ARTEMISA -la hermana y rival-, ATENEA -la estratega y HESTIA -la mantenedora del hogar.

Divididas en tres grupos o categorías: las diosas vírgenes, las diosas vulnerables y las diosas alquímicas o transformadoras.


Shinoda Bolen

martes, 20 de noviembre de 2012

LA MUJER Y EL SANTO GRIAL

"La leyenda del Santo Grial nos habla del rey pescador (símbolo del poder y patriarcado).
El rey tiene una herida que no consigue curar, y su reino es una tierra baldía.  Cuando su herida sane, la tierra sanará también, pero sólo el Grial puede curarle.


La mayoría piensa que se trata de un cáliz, de la copa que sostuvo Jesús en la última cena mientras pronunciaba las palabras de la comunión: <Ésta es mi sangre. Haz esto en conmemoración mía>.

Pero esto no sanó la tierra yerma.


En el rito de la misa, sólo el sacerdote podía sostener esa copa. Jamás una mujer. Y sin embargo en la leyenda del Santo Grial es siempre la mujer, la doncella del Grial, quién toma en sus manos el cáliz, símbolo de la feminidad sagrada:  Un útero lleno de sangre que desapareció del mundo.



En los mitos y sueños y en nuestra memoria colectiva se recuerda a las mujeres como una vez fueron y podían ser:  portadoras de la feminidad sagrada.

Si queremos sanar el patriarcado y regenerar el planeta, ¿es posible que se necesite para ello de la sabiduría de la mujer?

"El millonésimo círculo".  Shinoda Bolen